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Este miércoles 11 de junio, el cielo nos regala un fenómeno especial: la ‘luna de fresa’. Esta luna llena se distinguirá por estar más baja sobre el horizonte que en cualquier otro momento desde 2007, según la Asociación de Observadores de Estrellas. Además, no volverá a ocurrir hasta dentro de 18 años, en 2043.
Para disfrutar de este espectáculo, basta con mirar hacia el cielo poco después de las 22:00 horas. La luna llena aparecerá imponente, rozando el horizonte con una posición excepcionalmente baja.
Este fenómeno tiene una explicación astronómica sencilla. La luna llena siempre se sitúa exactamente opuesta al Sol. Durante el solsticio de verano, el Sol alcanza su punto más alto en el cielo, lo que provoca que la luna llena, su contraparte nocturna, se muestre mucho más cerca del horizonte.
El Dr. Björn Voss, del Planetario de Hamburgo, comenta que nuestra percepción de tamaño lunar puede ser engañosa por la llamada “ilusión lunar”. Esto ocurre porque nuestro cerebro compara la luna con objetos terrestres como árboles o casas cuando está cerca del horizonte, haciéndola parecer más grande de lo que realmente es. “Más arriba en el cielo, estas comparaciones no se dan y la luna parece más pequeña”, explica Voss.
Este nombre tiene raíces culturales profundas. Antes de los calendarios modernos, pueblos indígenas de Norteamérica, como los algonquinos, nombraban las lunas llenas en función de las estaciones y ciclos naturales. La ‘luna de fresa’ marcaba la época de la cosecha de fresas, que solía comenzar en junio.
En Europa, a esta luna también se le conoce poéticamente como ‘luna rosa’ o ‘luna de miel’. Sin embargo, esto no indica que su color cambie realmente a tonos rosados o rojizos.
Cuando la luna sí adquiere colores rojizos o anaranjados, se debe a un fenómeno atmosférico: la dispersión de la luz solar. En estos casos, los tonos cálidos llegan con más intensidad a la superficie lunar, dándole ese brillo especial.
Fuente: Euronews