La OMS declara esenciales los fármacos adelgazantes y pide garantizar su acceso universal
InternacionalLa Organización Mundial de la Salud (OMS) publicó una nueva guía sobre el uso de medicamentos adelgazantes —como Ozempic, Wegovy o Mounjaro— y dio un paso decisivo al incluir las terapias GLP-1 en su Lista Modelo de Medicamentos Esenciales, un reconocimiento que busca orientar a los países hacia políticas públicas que garanticen su acceso universal y asequible.
El director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus, destacó que la obesidad es una enfermedad crónica y global, asociada a 3,7 millones de muertes en 2024, y que requiere atención integral a largo plazo. Aunque subrayó que los medicamentos no resolverán por sí solos esta crisis, reconoció su papel clave: “Las terapias con GLP-1 pueden ayudar a millones de personas a superar la obesidad y reducir sus efectos adversos”.
La organización advierte que estos fármacos han revolucionado el tratamiento de la obesidad, pero alerta sobre el mal uso, el mercado negro y la falta de supervisión médica. La guía insiste en que son efectivos únicamente con tratamientos prolongados y bajo vigilancia profesional.
Expertos como Cristóbal Morales, endocrino del Hospital Vithas de Sevilla, celebran el reconocimiento de la OMS, aunque alertan sobre el acceso desigual: tratamientos como Mounjaro pueden costar entre 208 y 446 euros al mes en España, lo que limita su disponibilidad para muchos pacientes.
La OMS también expresó preocupación por el riesgo de que la brecha económica se traduzca en un acceso desigual a terapias consideradas esenciales. Instó a los países a tomar medidas urgentes para evitarlo.
El mercado podría experimentar cambios importantes a partir de 2026, cuando expire la patente de la semaglutida en China e India, y con la llegada de tratamientos orales más económicos y fáciles de distribuir. Aun así, se estima que para 2030 menos del 10% de quienes podrían beneficiarse de los GLP-1 tendrá acceso a ellos.
Aunque la recomendación es “condicional”, debido a la falta de datos definitivos sobre seguridad a largo plazo y a la limitada evidencia sobre la eficacia de combinar estos fármacos con terapia conductual, la OMS considera que el potencial de estas medicinas marca una oportunidad histórica. Su advertencia es clara: la respuesta global determinará si se avanza hacia un sistema de salud más equitativo o si se pierde una ocasión sin precedentes para combatir la obesidad.


