Música
Minutos antes de que el balón comenzara a rodar en la esperada final de la Champions League entre el París Saint-Germain y el Inter de Milán, el Allianz Arena se convirtió en el escenario de un show inolvidable: Linkin Park, una de las bandas más emblemáticas del rock alternativo, ofreció un potente mini recital que hizo vibrar a los más de 75 mil espectadores presentes en Múnich.
Durante poco más de diez minutos, el grupo estadounidense oriundo de California desplegó una selección de sus éxitos más representativos, incluyendo The Emptiness Machine, In The End, Numb, Up From The Bottom y Heavy Is The Crown, logrando una conexión instantánea con el público, que coreó cada tema. El show fue también transmitido en vivo a través de las plataformas digitales de la banda, que había anunciado con entusiasmo su participación en este evento a través de redes sociales. Incluso, los cinco integrantes posaron junto al trofeo en el escenario, generando miles de reacciones entre sus fanáticos.
El espectáculo musical fue el preámbulo perfecto para una noche de fútbol que reunió a dos gigantes europeos en la definición del torneo más prestigioso del continente. A continuación, llegó uno de los momentos más emotivos: la entrada de la famosa “Orejona”, como se conoce al trofeo de la UEFA Champions League. La copa fue llevada al centro del campo por dos históricos del fútbol argentino: Javier Pastore, ex jugador del PSG, y Javier Zanetti, leyenda viva del Inter y actual vicepresidente del club italiano. Todo esto, mientras sonaba una vibrante versión de Seven Nation Army a cargo del violinista y actor David Garrett.
Zanetti, símbolo eterno del Inter de Milán, dejó una huella imborrable en el fútbol europeo con su carrera de 19 años en el club neroazzurro, donde disputó 858 partidos oficiales y alzó numerosos títulos, incluyendo cinco Serie A, cuatro Copas de Italia, una Champions League y un Mundial de Clubes. Pastore, por su parte, fue una de las grandes apuestas del PSG en 2011, cuando el club inició su etapa de inversiones millonarias tras la llegada de Qatar Sports Investments, convirtiéndose en uno de los jugadores insignia de esa nueva era.
Una noche de música, emoción y fútbol que quedará grabada en la memoria de los fanáticos.