La física cuántica vuelve a incomodar: nuevos experimentos desafían el libre albedrío y la velocidad de la luz

Redacción


 Mosaico

Más de un siglo después de que Albert Einstein cuestionara las predicciones de la física cuántica —en particular aquellas que implican acciones instantáneas a distancia—, un nuevo estudio propone experimentos que podrían resolver algunos de los enigmas más profundos del comportamiento de las partículas subatómicas.

Un equipo internacional de investigadores, liderado por Carlos Vieira (Universidad de Campinas, Brasil), Ravishankar Ramanathan (Universidad de Hong Kong) y Adán Cabello (Universidad de Sevilla), publicó en Nature Communications una propuesta experimental que busca discriminar entre tres escenarios que hasta ahora seguían abiertos tras los premios Nobel de Física de 2022.

Ese galardón fue otorgado a Alain Aspect, John Clauser y Anton Zeilinger por demostrar que las correlaciones cuánticas no pueden explicarse por teorías de variables ocultas que respeten simultáneamente el principio de localidad (que prohíbe acciones a distancia más rápidas que la luz) y el libre albedrío del observador.

Sin embargo, como reconocen los propios autores del artículo, estos experimentos premiados no resuelven qué rompe las reglas clásicas: ¿existen realmente acciones superlumínicas?, ¿el libre albedrío es solo una ilusión?, ¿o simplemente no hay variables ocultas? La nueva investigación sostiene que es posible diseñar pruebas experimentales que permitan descartar definitivamente algunas de estas posibilidades.

“Mostramos que, si sólo uno de los supuestos (localidad o libre albedrío) falla, entonces debe hacerlo por completo. Es decir, no hay lugar para medias tintas: las teorías con restricciones parciales quedan excluidas”, explica el equipo.

Desde la Universidad de Ginebra, el físico teórico Nicolas Gisin valoró en New Scientist la aportación: “La violación de la desigualdad de Bell ya está demostrada experimentalmente. Pero para ir más allá, siempre necesitas añadir supuestos. Este tipo de trabajos ayuda a acotar qué supuestos son compatibles con la naturaleza”.

Por su parte, Adán Cabello defiende un enfoque puramente empírico:

“Llevamos 100 años discutiendo esto desde la filosofía, pero estamos haciendo ciencia. Hay que mirar los resultados experimentales, aunque nos incomoden. Si no hay libre albedrío, o si existen acciones instantáneas, entonces debemos investigarlo con rigor.”

El debate también resucita una vieja tesis conocida como superdeterminismo, una visión defendida por el astrofísico y filósofo argentino Gustavo E. Romero. Según él, todo en el universo estaría estrictamente determinado desde un origen común.

“En términos simples, significa que todos los eventos están causalmente conectados desde el principio del universo”, explicó en una entrevista reciente. “Los humanos, como todo en la naturaleza, seguimos las mismas leyes físicas.”

Más allá del plano teórico, las implicaciones prácticas del estudio no son menores. En el ámbito de la criptografía cuántica, Cabello subraya que estos nuevos enfoques permitirían blindar los sistemas incluso si un adversario lograra intervenir parcialmente los generadores de números aleatorios que determinan las medidas experimentales.

Asimismo, Ramanathan destaca un beneficio potencial para los ordenadores cuánticos: reducir las interferencias indeseadas entre distintas partes del sistema, lo que mejoraría su estabilidad y rendimiento.

Este nuevo avance no pretende cerrar el debate, sino dotarlo de nuevas herramientas experimentales. En palabras de sus autores, la física cuántica sigue desafiando nuestra intuición, pero la ciencia avanza precisamente allí donde los límites del entendimiento humano parecen más borrosos.

Fuente: El País

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