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Cada 26 de mayo se conmemora el Día Mundial de Drácula, fecha que coincide con la publicación original de la novela Drácula en 1897, obra emblemática del escritor Bram Stoker.
Este libro se consolidó como un referente clave de la literatura gótica y estableció las bases para el mito del vampiro en la cultura popular contemporánea.
La narrativa gira en torno a Jonathan Harker, un joven empresario que viaja a Transilvania para cerrar un negocio con el enigmático Conde Drácula. Lo que descubre es una criatura sobrenatural que bebe sangre humana, en una trama que combina horror, misterio, romanticismo y elementos eróticos.
Aunque el concepto del vampiro ya existía en la literatura —con antecedentes en El Vampiro (1819) de John Polidori y Carmilla (1872) de Sheridan Le Fanu— fue Stoker quien popularizó y definió al vampiro como se conoce actualmente: un ser inmortal con poderes hipnóticos y la necesidad de alimentarse de sangre humana.
La novela mantiene su vigencia a más de 125 años de su publicación, con adaptaciones constantes en literatura, cine y otras expresiones artísticas.
El personaje de Drácula está basado en Vlad III Tepes, conocido como Vlad “El Empalador”, voivoda de Valaquia —territorio que posteriormente formaría parte de Rumania— entre 1448 y 1476.
Reconocido por su extrema crueldad, Vlad Tepes utilizaba el empalamiento como método de ejecución, práctica que le valió su temible apodo y que causó la muerte de miles de personas, estimadas en más de 80 mil a lo largo de su vida.
Su notoriedad se difundió en la Europa del siglo XV a través de la imprenta, consolidando su figura como un líder despiadado. Sin embargo, en Rumania es considerado un héroe nacional por su defensa contra invasores extranjeros.
Stoker descubrió el nombre “Drácula” en textos históricos, fascinándose con su significado —que puede interpretarse como “diablo” en la región de Valaquia— y decidió nombrar así a su icónico vampiro.
Además de Vlad Tepes, Stoker se inspiró en otras obras literarias y en la popularidad creciente del mito vampírico en la época victoriana, con referencias como el poema La novia de Corinto (1797) de Johann Wolfgang von Goethe.
La novela Drácula ha sido adaptada en múltiples ocasiones para cine y televisión, destacando versiones clave que han marcado la cultura popular:
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Drácula (1931), dirigida por Tod Browning.
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Nosferatu (1922), de Friedrich Wilhelm Murnau.
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Drácula de Bram Stoker (1992), bajo la dirección de Francis Ford Coppola.
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Miniserie Drácula (2020), creada por Mark Gatiss y Steven Moffat.
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Drácula (1958), protagonizada por Christopher Lee.
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Nosferatu, vampiro de la noche (1979), de Werner Herzog.
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Nosferatu (2024), dirigida por Robert Eggers.
Drácula permanece como una figura central en el género del horror clásico, inspirando obras literarias como Entrevista con el vampiro (1976), la saga Crepúsculo (2005), además de cómics, series y otras manifestaciones culturales.
Este reconocimiento anual reafirma la relevancia histórica, cultural y literaria de Drácula, consolidándolo como un ícono global cuya influencia perdura en distintos ámbitos artísticos y comerciales.
Fuente: Proceso