Bolivia
El expresidente de Bolivia, Evo Morales, dio señales de aceptar su inhabilitación para competir en las elecciones generales del próximo 17 de agosto. En un mensaje difundido este fin de semana, el exmandatario no solo reivindicó sus años de gobierno (2006-2019), sino que también apeló a la resistencia política y dejó abierta la posibilidad de un eventual retorno a la escena pública: “Nos volveremos a encontrar, a organizar y a luchar juntos”.
El mensaje fue interpretado por analistas y medios bolivianos como un posible “retiro estratégico”, obligado por una cadena de obstáculos legales y políticos. Morales fue formalmente excluido de la carrera electoral tras el fallo constitucional que limita la reelección presidencial a dos mandatos. Además, la agrupación con la que buscaba competir —tras perder el control del Movimiento Al Socialismo (MAS)— fue anulada por el Tribunal Electoral por no cumplir con los requisitos legales.
Desde septiembre de 2024, simpatizantes de Morales impulsaron bloqueos y marchas en rechazo a su inhabilitación. Sin embargo, la Justicia boliviana ratificó en varias instancias su exclusión como candidato. La reciente decisión del órgano electoral terminó por cerrar la vía institucional para su retorno a la presidencia.
A pesar de este panorama, Evo no abandonó la confrontación política. En su pronunciamiento, criticó duramente al presidente Luis Arce, a quien responsabilizó por la crisis económica y la pérdida de apoyo popular. “No por culpa de Evo, sino porque se alejó del proceso, del mandato popular y del pueblo”, declaró, haciendo referencia a la caída de la aprobación presidencial.
Morales y Arce están enfrentados desde 2021, cuando las tensiones internas del MAS derivaron en una disputa abierta por el liderazgo del partido. La pugna fue zanjada por el sistema judicial, que otorgó el control legal del partido a los aliados de Arce, consolidando la exclusión de Morales del proceso electoral.
El conflicto escaló la semana pasada con un cruce de acusaciones entre ambos líderes. Arce acusó a Morales de haber “destruido” el movimiento popular de izquierda, mientras el exmandatario replicó que el actual gobierno “destruyó la economía, la estabilidad de las familias y los logros sociales alcanzados en 14 años”.
Consultado por Infobae, el analista Carlos Saavedra sostuvo que Morales evalúa dos alternativas: presionar desde las calles para debilitar el proceso electoral o buscar espacios en el Legislativo a través de alianzas con otros frentes. “Evo no se va a retirar nunca de la política. Es un animal político que va a estar siempre ahí”, afirmó.
Por su parte, el analista Carlos Valverde advirtió que no sería la primera vez que Morales insinúa una retirada. “Ya se ha ido muchas veces como para creer que esta es la definitiva”, escribió en una columna, en la que también planteó la posibilidad de un acercamiento con el senador Andrónico Rodríguez, considerado por algunos como su heredero político, aunque esa opción es vista como poco probable en el corto plazo.
A menos de dos meses de los comicios, la polarización dentro del bloque oficialista deja al electorado frente a una izquierda dividida por primera vez en dos décadas. Más de 7,5 millones de bolivianos están habilitados para votar en una elección marcada por la incertidumbre, el desgaste institucional y una fractura en el movimiento que durante años monopolizó el poder en Bolivia.
Fuente: Infobae