Hongos marinos: el nuevo recurso biotecnológico para la alimentación, salud y agricultura sostenible

Redacción

Mosaico

Investigadores británicos de la Marine Biological Association (MBA), con sede en Plymouth, han reunido una colección sin precedentes de más de 500 cepas de hongos marinos, con el objetivo de explorar su potencial para revolucionar sectores clave como la alimentación, la salud y la agricultura, con enfoques innovadores y respetuosos con el medio ambiente.

Estos microorganismos, antes poco estudiados por la biotecnología, están cobrando relevancia por su capacidad para producir compuestos bioactivos, reciclar materia orgánica y contribuir a soluciones sostenibles. La MBA recolectó hongos en distintos ambientes marinos —agua, sedimentos y algas— y preservó las muestras a -80 °C, permitiendo el estudio de su crecimiento y adaptación bajo condiciones que replican el entorno natural.

El auge de la industria europea de algas marinas, que podría alcanzar un valor cercano a 9.300 millones de euros para 2030, abre la puerta a integrar estos hongos en un modelo de economía circular. Al cultivarse sin suelo ni agua dulce y aportar beneficios ecológicos al medio marino, las algas se posicionan como una alternativa sustentable a la agricultura tradicional.

Dentro de esta economía circular, los hongos marinos juegan un papel crucial en el reciclaje de biomasa algal, con aplicaciones que pueden transformar residuos en productos de alto valor agregado. Este desarrollo impulsa tanto la reducción de impacto ambiental como la generación de soluciones innovadoras en la producción alimentaria.

En respuesta a la inseguridad alimentaria global y al alto impacto ambiental de la ganadería intensiva, la biotecnología con hongos marinos ofrece la producción de mycoproteína a partir de la fermentación con algas. Esta proteína sostenible reduce la dependencia de recursos no renovables y disminuye las emisiones de gases de efecto invernadero, alineándose con objetivos de alimentación saludable y bajo impacto ecológico.

Asimismo, ante la creciente amenaza que representa la resistencia a los antibióticos, los hongos marinos se perfilan como una fuente prometedora de nuevos compuestos farmacológicos. Al generar naturalmente moléculas que protegen su hábitat de microorganismos competidores, estos hongos son objeto de búsqueda activa de agentes antimicrobianos innovadores capaces de enfrentar infecciones resistentes.

En el ámbito agrícola, la presión económica causada por plagas y enfermedades se combina con los efectos adversos del uso masivo de pesticidas químicos, que dañan la biodiversidad y generan resistencia. La MBA investiga cómo los compuestos producidos por hongos marinos pueden servir como base para pesticidas ecológicos, promoviendo un manejo fitosanitario más sostenible que respete los ecosistemas y asegure la productividad a largo plazo.

Este trabajo científico no solo amplía el conocimiento sobre la diversidad fúngica marina, sino que sienta las bases para la implementación práctica de soluciones integrales en alimentación, salud y agricultura, posicionando a los hongos marinos como un recurso estratégico en la agenda global de innovación sostenible.

Fuente: Infobae

 

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