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México se sumó a la revelación mundial de las primeras imágenes captadas por el Observatorio Vera C. Rubin, uno de los proyectos científicos más ambiciosos del siglo XXI, que promete revolucionar nuestra comprensión del universo. Desde su sede en Cerro Pachón, Chile, esta instalación pionera presentó su “primera luz”, evento en el que participaron de forma simultánea más de 30 países, incluido México, a través de una transmisión pública organizada por la Secretaría de Ciencia, Humanidades, Tecnología e Innovación (Secihti), la UNAM y la Universidad de Guanajuato (UG).
Durante la transmisión, la cámara digital más grande del mundo—instalada en el telescopio Simonyi—captó millones de galaxias y estrellas, así como miles de asteroides desconocidos, con una resolución sin precedentes. Estas imágenes marcan el inicio oficial del Legacy Survey of Space and Time (LSST), un proyecto destinado a realizar el mayor censo astronómico de la historia.
En la sede de la Secihti, la subsecretaria de Ciencia y Humanidades, Violeta Vázquez-Rojas Maldonado, destacó el papel de México en este hito global: “Este observatorio no solo amplía las fronteras del conocimiento astronómico, sino que refleja el compromiso de nuestro país con la ciencia pública, la cooperación internacional y el desarrollo de talento científico”.
El consorcio LSST-MX, que representa a México en este esfuerzo internacional, agrupa a cerca de 60 investigadoras, investigadores y estudiantes de diversas instituciones como la UNAM, UG, BUAP, Cinvestav, UASLP, UAZ y otras. Además de contribuir con desarrollo de software, el consorcio participa en la construcción de un Centro de Acceso a Datos (LiteIDAC), alojado en la UNAM, que servirá como nodo estratégico para la comunidad científica nacional.
Durante el evento, especialistas como Octavio Valenzuela (UNAM), Alma Xóchitl González (UG), Bolivia Cuevas (BUAP) y Josué de Santiago (Cinvestav) ofrecieron explicaciones técnicas y análisis de las imágenes presentadas. La proyección también fue replicada en el Planetario Manuel Peimbert Sierra, operado por el Centro de Investigaciones en Óptica, otro organismo de la Secihti.
El Observatorio Rubin está equipado con una cámara capaz de detectar objetos 10 mil millones de veces más tenues que aquellos visibles a simple vista. Gracias a su sofisticado sistema óptico y su capacidad de escaneo continuo, puede cubrir el cielo nocturno del hemisferio sur cada tres noches. Se estima que durante sus 10 años de operación recolectará 2 millones de imágenes y observará 20 mil millones de galaxias, 17 mil millones de estrellas, 10 millones de supernovas y 6 millones de objetos del Sistema Solar.
En este contexto, el papel de México no es menor. Además de su contribución tecnológica y científica, el país impulsa una estrategia activa de apropiación social del conocimiento, a través de formación docente, divulgación y ciencia ciudadana.
“El desarrollo nacional no puede disociarse de nuestras capacidades científicas. La participación de México en el Rubin reafirma nuestro compromiso con un futuro donde el conocimiento sea motor de transformación y bienestar”, concluyó Vázquez-Rojas.