Netanyahu enfrenta abucheos y salidas masivas en la Asamblea General de la ONU
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Decenas de delegados de distintos países abuchearon y abandonaron la sala de la 80ª Asamblea General de la ONU cuando el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, subió al estrado este viernes. La protesta se produjo en reacción a su responsabilidad en la ofensiva militar israelí en Gaza. Durante los momentos de tensión, los altavoces repetían la advertencia: “Por favor, orden en la sala”.
Al mismo tiempo, un grupo de observadores aplaudió y vitoreó al mandatario israelí. Afuera, manifestantes anti-guerra en Gaza se congregaron en Times Square, Nueva York, para expresar su rechazo a la política israelí.
El episodio se da tras la reciente decisión de varios países, entre ellos Reino Unido, Francia y Canadá, de reconocer al Estado palestino. Danny Danon, embajador de Israel ante la ONU, acusó a los delegados palestinos de “teatralizar” la salida y de coordinar una “escenificación”, según el Jewish News Syndicate.
En su intervención, Netanyahu calificó como un “suicidio nacional” para Israel la definición de genocidio emitida por la ONU y la consideró una “vergüenza”, señalando que transmite un mensaje de impunidad hacia quienes atacan a judíos. “Es una locura absoluta, una locura, y no lo haremos”, enfatizó.
El primer ministro cuestionó además la veracidad de las acusaciones de que Israel está matando de hambre a los habitantes de Gaza, señalando que Hamás “roba, acapara y vende” la ayuda alimentaria.
Netanyahu recordó que el año pasado mostró un mapa denominado “La maldición”, con referencias al “eje terrorista de Irán”, y reiteró la amenaza que, según él, representa para la estabilidad regional y mundial. Señaló los avances militares de Israel durante el último año, incluyendo acciones contra Hamás, Hezbolá e Irán, y exhortó a los líderes restantes de Hamás a liberar a los rehenes bajo su control: “Si lo hacen, vivirán; si no, Israel los perseguirá”.
Durante su discurso, Netanyahu destacó la alianza estratégica con Estados Unidos, subrayando que el expresidente Donald Trump comprendía “mejor que cualquier otro líder” la amenaza común que enfrenta con Israel. También defendió las operaciones israelíes en Gaza, asegurando que se han enviado millones de alertas a civiles para que evacuen zonas de conflicto, mientras Hamás se instala en mezquitas, escuelas y hospitales.
Al concluir, Netanyahu recibió aplausos de pie de parte de un grupo de observadores, en contraste con la casi total ausencia de delegados en sus asientos oficiales.
Desde el inicio de la guerra en Gaza, Israel ha restringido el acceso independiente de periodistas extranjeros a la Franja, permitiendo solo visitas controladas. La ofensiva comenzó tras el ataque de Hamás el 7 de octubre de 2023, que dejó cerca de 1.200 muertos en Israel y 251 rehenes; actualmente quedan 48 rehenes, de los cuales se estima que 20 siguen vivos. Según cifras del Ministerio de Salud de Gaza, más de 65.500 personas han fallecido desde entonces.
Un mensaje dirigido a la audiencia estadounidense
Analistas señalan que gran parte del discurso de Netanyahu se enfocó en la audiencia estadounidense, particularmente en la base de apoyo de Donald Trump. El primer ministro israelí vinculó las amenazas a Israel y EE.UU., evocando el 11-S y destacando ataques a estadounidenses en el pasado, con el objetivo de reforzar la percepción de amenazas comunes.
Hizo referencias a casos específicos como el de Taylor Force, asesinado en Tel Aviv en 2016, y afirmó, sin evidencias, que los cristianos palestinos de Belén estarían mejor protegidos bajo la ocupación israelí que bajo la administración palestina, en un mensaje dirigido a la comunidad evangélica y a seguidores de Trump.
El discurso refleja la intención de Netanyahu de frenar la disminución del apoyo estadounidense hacia Israel, afectado por la situación en Gaza.
Fuente: BBC
