GOBIERNO ABIERTO, BREVE ANÁLISIS PARA SU CONSTRUCCIÓN

Editorial

 


I.              Orígenes

Para algunas personas solamente consiste en permitir el flujo de información entre gobiernos y sociedad civil mediante intermediarios, y para otras es la herramienta para desafiar a funcionarios corruptos, aunque ambas correctas, el Gobierno Abierto es un concepto más amplio que se ha edificado a través de un trasfondo de exigencia social por gobiernos honestos y transparentes, convirtiendo paulatinamente a gobiernos opacos en instituciones comprometidas con el apego a las normas, logrando de forma implícita una reformulación completa, incluso de filosofías organizacionales. Y así como la Nueva Gerencia Pública, el Gobierno Digital y otras aportaciones a la administración pública, la concepción y evolución del Gobierno Abierto cuenta con un interesante origen.

Indagar en la literatura sobre el origen del Gobierno Abierto lleva como resultado a una serie de comienzos a través de la historia sin una temporalidad precisa, si bien se suele asociar el término con épocas recientes, debido en gran medida a la penetración del gobierno digital, su origen propone intenciones de reformar el actuar de la administración pública décadas antes a lo que hoy por hoy se conoce.

De acuerdo con Nasser y Concha en “El Gobierno Electrónico en la Gestión Pública” (2011), este concepto surge en la década de los 90, a la par del nacimiento del gobierno digital en los Estados Unidos de América, con el objetivo de proporcionar datos valiosos y usables para las personas y organizaciones.

Los autores consideran como chispa inicial ese momento debido a dos avances sustanciales en la apertura del gobierno a la ciudadanía, siendo estos fedsats.gov y regulations.gov. El primero otorgando acceso a fuentes de información de más de cien organizaciones, y el segundo definido como un portal de internet que funciona como repositorio de la documentación generada por la administración pública, con la particularidad de que toda la información vertida puede ser comentada o debatida por actores sociales.

Es importante apreciar cómo de manera colateral regulations.gov abona a la agenda de gobierno digital de los Estados Unidos a través del llamado eRulemaking, siendo este el uso de tecnologías de la información para la configuración de regulaciones, reescribiéndose así según la literatura del gobierno digital como un enfoque de relación de G2C (Gobierno a Ciudadanía) a G2C2G (Gobierno a Ciudadanía a Gobierno). Sin embargo, no es todo en lo que el gobierno digital y el gobierno abierto coinciden, pues Nasser y Concha recogen 8 elementos básicos para considerar útiles los datos que el gobierno abierto pone a disposición, mismos que tienen que ser:

·         Datos completos, es decir, que no estén sujetos a privacidad o demás limitaciones.

·         Datos primarios, refiriéndose a que estos deben ser la fuente primaria de información, sin procesamientos.

·         Datos oportunos, esto para conservar su valor.

·         Datos accesibles, siendo esto la búsqueda de la mayor disponibilidad de estos a sus solicitantes.

·         Datos pre-procesados, si bien puede sonar contrario al principio de datos primarios, este requerimiento versa sobre el hecho de que los datos deben estar organizados para su entendimiento.

·         Datos de acceso indiscriminado, esto es la disponibilidad a estos sin requerir usuarios o registros.

·         Datos libres de propietarios, esto en coherencia a la accesibilidad, propone la publicación de datos en software que no implique exclusividad.

·         Datos libres de licencias, a su vez relacionado con el punto anterior, este punto establece que los datos no estén sujetos a licencias de software que posteriormente limiten su acceso.

Si bien, la consulta puede parecer por sí misma el fin último de la información; en realidad el final se encuentra en lograr lo dispuesto como RISP, o Reutilización de Información del Sector Público, lo que permite el uso de los datos por la sociedad para un fin comercial o no, generándose así este buscado valor público en las acciones de los gobiernos.

Aunque pareciera que el gobierno abierto surge como consecuencia del gobierno digital, hay una posible concepción anterior que propone el nacimiento del gobierno abierto a través de método más simple, retomada por Harlan Yu y David Robinson en “The New Ambiguity of Open Government”.

Para esto es necesario retroceder hasta la década de 1940 en los Estados Unidos de América, el contexto histórico sitúa a un país que recientemente había librado la Segunda Guerra Mundial, la administración pública se regía con opacidad, especialmente por el Federal Housekeeping Statute que daba autorización a los oficiales del gobierno a operar sus agencias y reservarse información al público. El primer avance se documenta en 1946, cuando fue promulgada la Administrative Procedure Act, donde entre otras cosas se incluían requerimientos para el acceso a la información o en su defecto, las circunstancias para reservar esta.

Si bien, la historia desdobla más acontecimientos, mismos que no podrán ser abordados aquí, lo anterior es necesario para entender el contexto del nacimiento del concepto de Gobierno Abierto, pues en 1953, la American Society of Newspaper Editors comisionó a Harold Cross un reporte que al español sería titulado como “El derecho de las personas a saber: Acceso legal a información pública y procedimientos” (The people’s right to know: Legal Access to public records and proceedings), donde se documentaría que Cross se había referido en su investigación al término Open Government, mismo que sería considerado una de sus primeras apariciones.

Sin embargo, el crédito de la primera vez que se expondría de forma impresa se lo llevaría Wallace Parks en su artículo titulado The Open Government Principle: Appliying the Right to Know Under the Constitution.

II.            Desafíos.

Los retos que enfrenta el Gobierno Abierto se encuentran especialmente en dos grandes ejes; el primero es la organización, definición y procesado de la información de parte de toda la administración pública, así como la provisión de herramientas para su entendimiento, es decir, poner en contexto el tiempo y circunstancias que llevaron a la información que se presenta, buscando proveerla por temas y clasificaciones para facilitar al solicitante lo que busca.

El segundo reto reside especialmente en cómo los gobiernos podrán publicitar la información y que esta siga siendo usable, esto debe ser específicamente diseñado para el lugar donde se aplicarán las políticas de gobierno abierto, pues en un Estado o Municipio con un alto índice de pobreza, parecería más bien opaco que toda la información se concentre en portales de internet sin ofrecer una consulta física.

 

III.           Conclusiones

El gobierno digital y el gobierno abierto son dos caras de la misma moneda, la divisa de la accesibilidad. Con historias distintas pero un propósito en común, pues convergen en el noble propósito de compartir la información de interés público y combatir la opacidad y corrupción. Uno potencia al otro y la penetración del gobierno abierto se verá influenciada sustancialmente por la amplia versatilidad del gobierno digital, el endurecimiento de las normas en contra de la corrupción y la incansable necesidad de la ciudadanía de velar por instituciones íntegras. Y en cualquiera de sus dos orígenes aquí comentados, el compromiso inherente del gobierno abierto ha sido y será por transparentar las puertas, ventanas y muros de la Administración Pública.

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