México depende en más del 80% de medicamentos e insumos médicos importados, a pesar de contar con una industria farmacéutica nacional valuada en más de 3,300 millones de dólares. Esta situación, que refleja una debilitada capacidad productiva interna, fue expuesta este viernes por Alejandro Svarch, director del IMSS-Bienestar, durante la conferencia matutina de la presidenta Claudia Sheinbaum.
Svarch atribuyó la pérdida de soberanía farmacéutica a decisiones políticas previas, en particular a la eliminación en 2008 del “requisito de planta” durante la administración de Felipe Calderón. Esta medida permitió que laboratorios extranjeros vendieran al gobierno sin contar con producción propia en México, afectando severamente a la industria nacional.
“El país participa principalmente en el embalaje —cartón y papel— de medicamentos, pero no en su fabricación,” detalló Svarch al presentar un diagnóstico basado en una matriz insumo-producto de la CEPAL (2023), que evidencia la caída en la participación industrial desde la eliminación de dicho requisito.
La presidenta Sheinbaum subrayó la necesidad urgente de revertir esta tendencia y anunció un decreto que prioriza la producción nacional en futuras licitaciones públicas de medicamentos. “Buscamos recuperar la industria farmacéutica mexicana para garantizar autonomía y seguridad sanitaria,” afirmó.
Además, destacó la liberación próxima de alrededor de 385 patentes como oportunidad para impulsar la fabricación de medicamentos genéricos, tanto en el sector público como privado. Según Svarch, estos genéricos pueden representar un ahorro significativo, ya que su costo es hasta cinco veces menor que el de medicamentos con patente, sin sacrificar eficacia terapéutica.
Como referente, mencionó el caso de Brasil, que desde 2008 implementó políticas industriales orientadas a la autosuficiencia y actualmente produce cerca del 90% de los medicamentos que utiliza su sistema de salud pública.
Fuente: Jornada