Guatemala
El próximo 13 de octubre, la actual magistratura de la Corte Suprema de Justicia (CSJ) cumplirá un año y, en esa misma fecha, asumirá su nuevo presidente. Esta figura tendrá entre sus responsabilidades presidir la comisión de postulación para fiscal general y jefe del Ministerio Público (MP), un puesto clave para la administración del Organismo Judicial (OJ) y la futura selección del ente investigador. Analistas anticipan que el relevo generará un enfrentamiento marcado entre las dos principales facciones de la Corte.
Actualmente, la CSJ está dividida en dos bloques: uno de ocho magistrados —Claudia Paredes, Gustavo Morales, Jenny Alvarado, Igmaín Galicia, Carlos Ramiro Contreras, Clemen Juárez, Teódulo Cifuentes y Luis Corado— y otro de cinco —Carlos Lucero Paz, Flor de María Gálvez, Flor de María García, Estuardo Cárdenas y René Girón. Fuentes señalan que, en ocasiones, algunos miembros del grupo menor han apoyado al mayoritario, aunque se desconoce si ese respaldo se repetirá en la elección presidencial.
Aunque inicialmente se mencionaban varios aspirantes a la presidencia de la CSJ, fuentes judiciales reservadas reducen hoy la contienda a un solo nombre: el magistrado Luis Corado. Reportes de organizaciones sociales indican que Corado sostuvo reuniones con el político Gustavo Alejos en el marco del caso Comisiones Paralelas 2020.
Para acceder a la presidencia de la Corte, Corado —o cualquier otro candidato— requiere al menos nueve de los 13 votos del pleno de magistrados, un apoyo crucial para influir en la elección del fiscal general.
El periodo 2024-2029 inició con Teódulo Cifuentes como presidente de la CSJ. Su gestión generó expectativas de renovación y transparencia, aunque, según Brenda Guillen, coordinadora general de UDEFEGUA, estas no se han materializado.
“Había perspectivas de cambios directos en tribunales y juzgados, pero la línea de cooptación de la CSJ continúa”, señaló. Además, denunció restricciones para el acompañamiento de defensores de derechos humanos, con limitaciones de acceso a procesos judiciales y a la verificación de condiciones de detenidos.
Carmen Aída Ibarra, directora de Movimiento Pro Justicia, considera que el pulso interno en la Corte se mantiene estable, con leves movimientos de alineación. “Con una buena negociación, la definición de la presidencia no será complicada”, afirmó, destacando que las resoluciones de la CSJ no han sido duras, pero sí han afectado la estabilidad judicial.
Pablo Muñoz, de Alianza por las Reformas, coincide en que la gestión ha mostrado continuidad respecto de cortes anteriores, con resoluciones cuestionables en antejuicios y apoyo a decisiones polémicas de las Cortes de Apelaciones.
El presidente de la CSJ defendió su gestión, a través del equipo de Comunicación Social del OJ, señalando avances en fortalecimiento institucional, modernización judicial y acceso equitativo a los servicios judiciales.
“La elección del próximo presidente debe surgir del pleno de magistrados”, afirmó Cifuentes, agregando que el perfil ideal combina experiencia, visión institucional, capacidad de diálogo, firmeza y compromiso con la independencia judicial. Además, destacó que la futura administración deberá continuar con la ampliación, modernización y fortalecimiento de juzgados y tribunales en todo el país, incorporando nuevas sedes, tecnologías y fortaleciendo las capacidades del personal judicial.
Fuente: Prensa Libre