Una investigación del Departamento de Justicia de Estados Unidos reveló una red de corrupción en Petróleos Mexicanos (Pemex) que involucró sobornos en efectivo, relojes de lujo y bolsos de diseñador para asegurar contratos millonarios. Los señalados son Ramón Alexandro Rovirosa Martínez y Mario Alberto Ávila Lizárraga, quienes, según la acusación presentada ante la Corte del Distrito Sur de Texas, pagaron a funcionarios de Pemex para manipular licitaciones y cerrar auditorías a sus empresas.
Rovirosa Martínez, abogado de 46 años y residente legal en Estados Unidos desde 2016, se presentó como empresario del sector petrolero mexicano, con empresas contratistas de Pemex durante los últimos 11 años, incluyendo Roma Energy Holdings, LLC, con sede en Texas. Ávila Lizárraga, político del Partido Acción Nacional y exsubdirector en Pemex, se encuentra prófugo y ya había sido sancionado por su participación en otro fraude en la empresa Oceanografía.
Entre junio de 2019 y octubre de 2021, ambos habrían sobornado al menos a tres funcionarios de Pemex y Pemex Exploración y Producción, obteniendo contratos de obras, servicios y plataformas, así como la suspensión de auditorías internas. Los pagos ascendieron a 150.000 dólares y se realizaron a cambio de adjudicaciones millonarias para empresas propiedad o relacionadas con Rovirosa, mientras Ávila se encargaba de los contactos con los funcionarios involucrados.
Los documentos de la acusación muestran que el esquema incluía regalos de lujo: relojes Hublot y bolsos Louis Vuitton, ofrecidos como incentivos a un auditor de Pemex, quien comparaba su papel en el proceso con el de un torero en el ruedo. Las empresas de Rovirosa, como Tubular Technology y Energy Onshore Service, consiguieron contratos por al menos 746 millones de pesos desde 2011, incluyendo obras de construcción, mantenimiento de gasoductos y exploración de hidrocarburos en Veracruz.
La investigación detalla múltiples pagos y transferencias coordinadas para asegurar adjudicaciones, así como negociaciones directas mediante mensajes de WhatsApp entre Ávila y los funcionarios. En varios casos, los sobornos se ofrecían para desbloquear pagos retenidos o garantizar la aprobación de licitaciones técnicas, reforzando la influencia de la red dentro de la petrolera.
Rovirosa fue detenido y su fianza fijada en un millón de dólares. Ávila continúa prófugo mientras las autoridades estadounidenses mantienen abierta la investigación, que incluye a tres co-conspiradores cuya identidad aún no ha sido revelada.
El caso expone nuevamente la vulnerabilidad de Pemex a prácticas de corrupción interna, coincidiendo con el inicio del actual sexenio y con la gestión de Octavio Romero Oropeza al frente de la empresa, en un periodo marcado por intentos de rescate financiero de la petrolera.
Fuente: El País